
Hace dos semanas Mickie estuvo enfermo. Tenia una infección intestinal y durante toda un semana, le dio mucha fiebre.
Por una parte fue preocupante, pero por otra, fue una bendición. Yo se que puede sonar extraño, pero es que cuando Mickie tiene fiebre, parece casi normal.
Son pocas las veces en que me mira a los ojos y si lo hace no me ve, pero durante el tiempo que le dura la fiebre me mira y pareciera que el autismo se hubiera desaparecido. Creo que le sucede a todos los autistas cuando tienen fiebre.
Fue uno de esos momentos en que logro entrar a su mundo cotidianamente impenetrable y casi inalcanzable. Por unos días mi angelito bajo del cielo..........